
Navegar por los Navigli es una de las formas más auténticas y adecuadas de conocer la verdadera ciudad de Milán. El paseo en barco en los Navigli es imprescindible entre las cosas que hacer en Milán. Las vías fluviales milanesas existen desde la época romana y siempre han jugado un papel fundamental en la historia y la economía de la ciudad; este itinerario permite descubrir de cerca los secretos de este fascinante barrio. Los canales, también llamados Navigli de Leonardo, debido al trabajo que Leonardo Da Vinci ha puesto en ellos al diseñar el sistema de presas.
La navegación comienza en Concesa de Trezzo, donde se encuentra un santuario pintoresco junto al canal, construido para pedir protección divina contra las inclemencias del tiempo. La iglesia, aunque pequeña, tiene un gran valor artístico, y su jardín es cuidado por los frailes carmelitas.
A pocos minutos de iniciado el recorrido se llega al famoso Pueblo Crespi, modelo de comunidad obrera y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, donde el castillo familiar representaba autoridad y generosidad hacia los trabajadores.
Pasando por el Parque Adda Nord, se encuentra la histórica Villa Melzi, una elegante residencia con jardines en terrazas que hospedó a Leonardo da Vinci.
La navegación termina en Vaprio d’Adda, frente a la Casa del Guardián de las Aguas, antigua aduana donde los comerciantes pagaban el peaje.
Este recorrido de ida por el Naviglio Martesana, desde Trezzo hasta Vaprio d’Adda, dura aproximadamente 25 minutos.

